Ni mínima noción de como coño, pero caminandito, llegué al barrio rojo de la vaina, deber ser que tengo un imán busca putas en la punta de la paloma. Lo cierto es que estaba hasta la verga de tanta cultura, tufo ajeno y de tener que recordar que a los 2 días me devolvía pa`l sitio horrible en donde estoy sentado escribiendo este relato, o sea, pa`la casa de mi tía con mi abuela semi-ciega y mezquina en Caracas, capital de la basura, y ojala se mueran toiticos por coños de madre, como los odio, no joda, si yo fuera Mazinger Z…no joda, es que los escoñeto!
Entonces, un árabe o algo similar me dice: “Hey amigoo, ¿quiere chica...? noooo, de bolas, con el queso que llevaba hasta a ese bicho lo fuera poseyido y llenado de amor bolivariano… vamos pa`dentro es lo que`s mi musulmán coño e`pepa. Allí, una italiana riquiquita de ojos verdes me ofrece una verga inteligible para el poco francés que nunca aprendí en la Unidad Educacional Paraíso. Igual, si me hubiese dado a comer mierda de borracho, habría comido porque la perra daba la impresión de mamar ese guevo como si fuera un Bon Ice, una verga tiesa, un chupi-chupi de tamarindo, como Maggie Simpson chupando ese chupón, jejejjje, Los Simpsonsssss…
Nos metemos en un cuarto de esos y la caraja lo que hacía era empelotarse sobre la cama y tocarse el bollo… ¡mierda, era el sapo más pelúo que había visto en mi vida, parecía la chiva de Rasputin!, a la verga, yo solo quería que me meara encima. Bueno, transcurrió media hora en ese julepe y me propuso otra cosa que hasta el día de hoy, juro y perjuro, era cuca por 50 francos más... te lo juro por Carmen Cristina Malpica de García, mi abuela mezquina e ciega.
Así que le doy los reales y vuelve con unos condones y papel tualé. Me quite los pantalones y me deje la franela puesta pa´ poder `taparme la cabeza mientras empujaba, porque si la veía directo a la cara me iba a enamorar de la sucia esa, y digo sucia pues seguía frotándose la raja sin permitir si quiera rozarle un pelo e`bola con esa chivota que le colgaba, e impávida cual monolito, se limitaba a repetir en una suerte de inglés machucado: “Mastubeishon fo yor pleshor”. Yo le gritaba que me estaba matraqueando bandera, que a los sudacas no se les jodía de esa manera, que pasara esa cuca pa`ca y que iba a quejarme en el ministerio del turismo por ser mala puta con la gente. Un coño, tuve que jalarme el pito con el condón puesto y con la zorra en frente goteando toxinas de la pelúa, cerca pero lejos. Me daba la impresión que en cualquier momento se iba a arrechar y a llamar al árabe quien vendría cabreado con un machete, dispuesto a picarme las partes...guillo, salí humillado, una vez más, pal` hotel y con el guevo belicoso.
Al llegar, y sin plata pa`come al menos un perro, me metí los dedos dentro del fondillo y me hice la paja arrodillado como mi amigo Ciro Gámez, esa si la disfruté riquiquito.
Entonces, un árabe o algo similar me dice: “Hey amigoo, ¿quiere chica...? noooo, de bolas, con el queso que llevaba hasta a ese bicho lo fuera poseyido y llenado de amor bolivariano… vamos pa`dentro es lo que`s mi musulmán coño e`pepa. Allí, una italiana riquiquita de ojos verdes me ofrece una verga inteligible para el poco francés que nunca aprendí en la Unidad Educacional Paraíso. Igual, si me hubiese dado a comer mierda de borracho, habría comido porque la perra daba la impresión de mamar ese guevo como si fuera un Bon Ice, una verga tiesa, un chupi-chupi de tamarindo, como Maggie Simpson chupando ese chupón, jejejjje, Los Simpsonsssss…
Nos metemos en un cuarto de esos y la caraja lo que hacía era empelotarse sobre la cama y tocarse el bollo… ¡mierda, era el sapo más pelúo que había visto en mi vida, parecía la chiva de Rasputin!, a la verga, yo solo quería que me meara encima. Bueno, transcurrió media hora en ese julepe y me propuso otra cosa que hasta el día de hoy, juro y perjuro, era cuca por 50 francos más... te lo juro por Carmen Cristina Malpica de García, mi abuela mezquina e ciega.
Así que le doy los reales y vuelve con unos condones y papel tualé. Me quite los pantalones y me deje la franela puesta pa´ poder `taparme la cabeza mientras empujaba, porque si la veía directo a la cara me iba a enamorar de la sucia esa, y digo sucia pues seguía frotándose la raja sin permitir si quiera rozarle un pelo e`bola con esa chivota que le colgaba, e impávida cual monolito, se limitaba a repetir en una suerte de inglés machucado: “Mastubeishon fo yor pleshor”. Yo le gritaba que me estaba matraqueando bandera, que a los sudacas no se les jodía de esa manera, que pasara esa cuca pa`ca y que iba a quejarme en el ministerio del turismo por ser mala puta con la gente. Un coño, tuve que jalarme el pito con el condón puesto y con la zorra en frente goteando toxinas de la pelúa, cerca pero lejos. Me daba la impresión que en cualquier momento se iba a arrechar y a llamar al árabe quien vendría cabreado con un machete, dispuesto a picarme las partes...guillo, salí humillado, una vez más, pal` hotel y con el guevo belicoso.
Al llegar, y sin plata pa`come al menos un perro, me metí los dedos dentro del fondillo y me hice la paja arrodillado como mi amigo Ciro Gámez, esa si la disfruté riquiquito.
Marquiquiquito
1 comentario:
Me gusta su istoria, yo na usa ya no mas drogas...y ahora encontro a cristo.
Saludios
J
www.joaquinortegascripts.blogspot.com
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