jueves, 3 de mayo de 2007

Coño Marcos Parra, el otro día fui


a devolverle a la Señora Rosa, la vecina del 24, la pistolita de silicona que me prestó pa pegar el espejo del baño, y me agarró como media hora pa contarme que el hijo mayor, Andrés Eduardo, recayó en la droga y que parece que ahora sí se jodió el coco.
Porque supuestamente el Andresito (así lo conocen en el edificio), ha consumido droga desde el año 74, año en el que comenzó a estudiar en un Politécnico y la mala leche lo fuñó porque Caldera cerró las universidades y el tipo cayó en el mencionado flagelo.
“Ese muchacho se ha metío de todo; parece una aspiradora”, me dijo Rosa mientras le daba coñazos al colador del café para eliminarle la borra. Según ella, Andresito tenía meses que nada que ver con la mafafa, pero que últimamente llega en la madrugada. Y en vez de dormir, ese “carajo lo único que hace es fumarse media caja de Consul mientras mandibulea frente al patrón de colores de Vale TV”.
Verga, mi hermano, lo peor: Andrés Eduardo cayó anoche en coma, porque y que lo picó una abeja. Nojoda. Si ese carajo estaba hinchao e’ perico, ese hijo e`puta se debe haber puesto como Speedy Bee. Pero como que la vaina es verdad. Así es la vida.

No me queda más que aceptarle otro cafecito a la Señora Rosa, para darle un poquito de consuelo.

AGUACATICO DÁVILA SPÓSITO

1 comentario:

Anónimo dijo...

chamo, los consul son tremendo cigarro...