No en vano fue la enorme ladilla la que me impulsó a meterme en Tecniciencias. Hasta el mismo nombre de esta maldita cadena de librerías me remite desasosiego, confusión y la ineptitud propia con la que se suele manejar muchas cosas en esta ciudaducha.
Yo no busco tecnología, ni mucho menos ciencia. De hecho, esa misma tarde no sé qué carajo buscaba. Pero la simple picadera de culo me arrojó a la horrible historia que contaré a continuación.
Apenas crucé el umbral de la librería apareció ante mi, cual fantasma de Canterville, un piazo e viejo pargo bien alto con el rictus facial típico de los maricones libidinosos. Sus ínfulas de querer prestar un buen servicio le hizo decirme: “Hula buenas tardes, estoy muy seguro de que aquí encontrará lo que buuuuscas…” La frase pude hasta bien recibirla, de no ser porque el viejo marico la escupió a través de sus pronunciados labios mientras me miraba fijamente el bojote.
Coñoesumadre. Escapé hacia cualquier pasillo y agarré la primera porquería que encontré. John Le Carré. Nojoda. Al lado mío había una enana tratando de hojear un libro más grande que ella; una verga titulada “El Mágico Mundo del Wok”. En eso, y sin ni siquiera un poquito de vaselina, empecé a escuchar lo siguiente:
Viejo Marico (excitado): ¡Hulaaaa, señorita Yenni, usted sí está linda hoy!
Vendedora (voz de puta mojoneada y sin ánimos de intimar con nadie): Ay gracias, señor Aristiguieta…
Viejo Marico (excitado): Es más… linda es poco. ¡Está usted hoy preeeeciosa!
Vendedor (con voz de mono): Esa lo que tuvo anoche fue bello…
Vendedora (voz de puta mojoneada y sin ánimos de intimar con nadie): Ya salió el otro…
Viejo Marico (excitado): Diría que te pareces a Greta Garbo…
(pausa)
Vendedora (voz de puta mojoneada y sin ánimos de intimar con nadie): ¿A quién?
Viejo Marico (excitado): A Greta Garbo, ¿no sabes quién fue Greta Garbo? ¿Tú, Ronald, lo sabes?
Vendedora (voz de puta mojoneada y sin ánimo de intimar con nadie): Ni idea, osea…
Viejo Marico (excitado): Greta Garbo fue una actriz famosísima, así como Marilyn Monroe, pero de una década más vieja
Vendedor (con voz de mono): Nojoda, la conocerán en su casa…
Viejo Marico (excitado): Bueno, ya la conoces…
Vendedor (con voz de mono): Qué va… A mí me hablas del año dos mil pa’ cá…
No aguanté. Ganas de cagar: tan fuertes como las que le dan a Marcos Parra. Es una verga intolerable. Cada vez que voy comprar libros, me dan ganas de cagar. Instinto literario-retentivo, le llamo.
Salgo a toda carrera de la librería. Goodbye a toda esa gentuza maldita que dañó mi cerebrito por un lamentable lapso de tiempo. Esperaré que se mueran todos: el viejo marico, el mono hijodeputa y la zorra chifluda ignorante que todavía no sabe quién coño fue Greta Garbo.
Último vistazo: la enana me mira de pies a cabeza y me pica un ojo.
Aguacatico Dávila Spósito
Conde de Kerequechúa
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