martes, 19 de junio de 2007

COÑO E’ LA MADRE, TENGO CARIES

Este es el hijoeputa extraterrestre que decía: "Gaprrrrrr katacucaashiii Grrrrrr"

QUEJAS AUTODIDACTAS Y BRILLANTEMENTE SUCIAS DE UN ORDINARIO SIBARITA

Verga, nojoda, otra vez. Tengo caries. Y sé la vaina porque el otro día cuando invité a una hijaeputa ejecutiva del Banco Exterior a comer rico y divino en la Feria del Recreo, me dolían las malditas muelas de la gran mierda, ya me metiera un buche de Kolita o un rol de corroncho ese que venden en Samoraki o como cuca sucia se llame.

Por cierto, ¿quién coño e’ su pepoide ha dicho que el sushi es de gente con alto status? Y un guevo parao de cebra del Pinar. Vayan a esa mierda y percátense de la cantidad de monos encorbatados y cachifas marginales que jartan singulares e industriales kilos de arroz masacotudo con cangrejo de imitación; sin saber por qué coñoemadre Hirohito al final resultó ser tan cagón.

Pues ajá, venga coño, explíquenme por qué lagartijas de barrio uno tiene dientes. Se ensucian, se escoñetan pal coño y luego se te pudre esa mierda por dentro y no hay mujercita que quiera besarte riquicuro con la jeta hedionda. Nojoda, como si a ellas no les apestara el culo... Y díganme cuando las penetras en 4; ese lindo momento en el que mientras más se lo empujas le salen peítos cómicos tal y como si fueran soplidos de Caldera.

Coño, uno debería tener un solo diente inmenso que abarcara toda la boca. Así como la mierda andrógina extraterrestre de la película Enemigo Mío. ¿Se acuerdan? Que al final el E.T. hermafrodita este se muere y pare un muchacho pa’ que Dennis Quaid se lo cuide. Bien bueno.

Porque, ¡ay virgen de las Totonas!, ¡cómo coño se sufre con los dientes! No sólo que cuanndo te sacan un diente, el maldito taladro te deja la boca como caucho quemao. No, sino cuando tienes que usar aparatos. Verga nojoda. Yo hablé como una gallega por casi 3 años gracias a esa mierda. Y para tenerlos me tuvieron que quitar cuatro muelas; y quien me los puso fue un maldito doctor homosexual de nombre “Ari”, que me apretaba esa mierda como si fuera un grifo de rancho en Gramovén. Maldito sádico afeminado. Algún día iré a su consultorio de San Bernardino y le clavaré siete puñaladas en un ojo. Maldito seas de nuevo, que me mataste los nervios de 2 dientes de tanta apretadera marica, para que luego de dos años, una doctora bien rica me hiciera tratamiento de conducto a fin de no ahogarme en mi propia pus.

Y mierda, mañana tengo consulta. Coñoe’ la puta madre.

Aguacatico, YEAH YEAH YEAH

1 comentario:

Anónimo dijo...

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