lunes, 30 de abril de 2007

Mi Amigo El Chino


(Publicado en Miniplug.tv)


A la gente le encanta un chino. A mi me encanta un chino, sí señor. La comunidad china es la sociedad más impenetrable en este país, pese a las buenas maneras criollas de contacto marginal que tenemos.

Yo rebasé la gran muralla cultural, y puedo afirmar con orgullo, que tengo auténticos amigos chinos de restaurante chino. No chinos feos con arepones amarillos en los sobacos, sino chinos con nombres cristianos que combatirían conmigo hasta en los avernos más oscuros de cualquier hueco e`culo.

Mis amigos chinos; Fredy y Ángel, llegaron a Venezuela a mediados de los 70, directo de Hong Kong. Fredy arrasó entre las muchachas del Terminal del Nuevo Circo y desposó a una, con la que tuvo dos niños muy sanos. Ángel, es el hijo del Doctor Kuang; un médico acupunturista y dueño de “La Luz de Asia”, legendario comedor en Bello Monte, donde la otra vez mataron a un señor para robarle la camioneta. Ángel no bastardeó su linaje aferrándose a una mujer china de nombre Elena. Tres herederos salieron de la descremada con soya. David se llama el menor. Dios lo guarde…

Estos chinos amigos míos, no son de los que se reúnen en comunas y transpiran apiñados en literas por Quinta Crespo. No gritan o maltratan a sus hijos. No son de los que cortan y rebanan en ropa interior, ni de los que se inmutan con el maullido herido de gatos en la cocina. No que va… Ellos son mis amigos, ellos me enseñaron a comer orejitas de cochino en sus banquetes de inauguraciones con sus paisanos y con los míos.

Fue Ángel quien con dos tobos de agua, eliminó mi desgracia fecal estancada en la poceta curtida de “La Luz de Asia”, para luego quitarme la palidez diarreica, con un Nestea cortesía de la casa. Eso sólo lo hace un buen amigo...Mi amigo el chino, aunque yo tengo dos.


Marquitos amigo de Aguacatico, primo de Rupertico